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del Instituto de Análisis Económico y Financiero
Biblioteca de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales. UCM.
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Autor(es): Mikel Buesa

Título: I+D E INNOVACIÓN TECNOLÓGICA EN LAS REGIONES ESPAÑOLAS

Resumen:

En este trabajo se estudia la distribución regional de las actividades de I+D, y de sus resultados, que se realizan en España. El análisis pone de relieve la existencia de una importante concentración territorial de esas actividades. Asimismo, se destaca la estrecha asociación que existe entre los indicadores de I+D y los de resultados científicos y tecnológicos, dibujándose un mapa en el que Madrid destaca sobre las demás Comunidades Autónomas, y Cataluña, el País Vasco y Navarra se sitúan en un segundo plano, ocupando las demás regiones una posición marginal. La existencia de empresas innovadoras constituye el factor de mayor influencia en la posición relativa que ocupan las diferentes regiones. Por esta razón, en la última parte del trabajo se estudian las características y el comportamiento innovador de tales empresas a partir de los datos de la Encuesta IAIF-CDTI, y se destacan las diferencias interregionales existentes al respecto.


 

 

I+D E INNOVACIÓN TECNOLÓGICA EN LAS REGIONES ESPAÑOLAS

MIKEL BUESA

Catedrático de Economía Aplicada

Instituto de Análisis Industrial y Financiero

y Departamento de Economía Aplicada II

Universidad Complutense de Madrid

 

 

  1. INTRODUCCIÓN.
  2. El desarrollo económico es un proceso vinculado a la innovación tecnológica. La tecnología, a medida que evoluciona dentro de los paradigmas dominantes en cada período histórico, hace surgir nuevas formas de producción que se difunden más o menos extensamente sobre las actividades de obtención de bienes y servicios, propicia además la aparición de productos a partir de los cuales emergen nuevos mercados, modifica asimismo el modo de utilización del trabajo humano y de los recursos de la naturaleza, y favorece en fin la ampliación y diversificación del sistema productivoi. Todo ello, más allá de los cambios que puedan advertirse en la vida social, tiene su reflejo en las ganancias de productividad sobre las que se asienta la progresión del bienestar de la población y, por ende, en el crecimiento del producto por habitante.

    Los modelos de contabilidad del crecimiento basados en las propuestas pioneras de Abramovitz, Solow o Denisonii, han puesto de relieve ese papel crucial del cambio tecnológico en el aumento de la producción al destacar que éste es sólo parcialmente atribuible al empleo de cantidades cada vez mayores de capital y trabajo. En el caso de España, las estimaciones de ese tipo de modelos de corte neoclásico, que se han realizado en los últimos años, imputan a la tecnología –que se identifica con el llamado residuo de Solow o, si se prefiere, con la productividad total de los factores de la producción (PTF)– entre uno y dos tercios de la ampliación del PIB per capita desde los años sesenta hasta el momento actualiii. Esta relación entre los elementos tecnológicos y el grado de desarrollo puede también apreciarse en el plano regional de la economía española, pues, como se pone de relieve en el gráfico 1, existe una vinculación muy estrecha entre los niveles que alcanzan la PTF y la renta por habitante en las distintas Comunidades Autónomasiv. En efecto, la ecuación de regresión estimada presenta un

     

    Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la tabla 1 del apéndice.

    buen grado de ajustev y muestra que, en conjunto, el bienestar económico relativo es proporcional al nivel tecnológico.

    Así pues, parece que el estudio de los procesos de creación del conocimiento tecnológico es relevante en la perspectiva de la economía regional. De ahí que, en este trabajo, me proponga revisar los aspectos de mayor relieve que caracterizan al comportamiento de las Comunidades Autónomas españolas en este terreno. Sin embargo, antes de hacerlo, creo necesario efectuar algunas precisiones teóricas y metodológicas que sirvan para orientar el análisisvi.

    El punto de partida a este respecto ha de situarse en la conceptualización de la tecnología. Ésta comprende el conjunto de los conocimientos teóricos y prácticos que residen en los grupos humanos y en los equipamientos de las empresas e instituciones –incluyendo entre ellos los métodos, procedimientos y rutinas organizativas, así como, en general, el "saber hacer" individual y colectivo– y que se emplean en las actividades de producción. Quiere ello decir que, desde la perspectiva del análisis económico, la tecnología y la producción están indisolublemente unidas y que cualquier conocimiento técnico no utilizado en la obtención de bienes y servicios carece de relevancia. Y significa también que el desarrollo tecnológico, sea en el ámbito nacional o en el regional, requiere que existan empresas con capacitación y competencias para participar en él. En otros términos, la empresa innovadora ocupa un lugar central como agente impulsor del cambio tecnológico y, por ende, del progreso económico.

    La tecnología, de acuerdo con la definición precedente, puede estar incorporada en las máquinas, utillajes e instalaciones utilizadas en la producción, o bien puede residir de manera desincorporada en la documentación de patentes, los diseños o los manuales operativos de las empresas, así como en las rutinas y en la experiencia acumulada en éstas. Bajo cualquiera de estas formas, el conocimiento tecnológico aúna elementos de información junto a componentes tácitos o de naturaleza implícita. Los primeros pueden ser codificados y reproducidos a bajo coste, confiriendo así a la tecnología, al menos de forma parcial, un carácter de bien público que, como tal, puede ser de difícil apropiación privada. Esta es la razón por la cual se justifica la intervención de los poderes públicos para estimular las inversiones de los agentes privados en I+D, y para regular las instituciones que, como las patentes, protegen los derechos de propiedad industrialvii. Los segundos, por su parte, hacen que la tecnología sea específica de las empresas que la desarrollan y refleje la idiosincrasia de éstas, lo que supone un cierto nivel de dificultad para que sea imitada por sus competidores.

    El conocimiento tecnológico se nutre de una amplia variedad de fuentes –como pueden ser la ciencia básica y aplicada, la investigación de desarrollo, el diseño industrial, la ingeniería de proceso y de producto o la acumulación de experiencia en el uso o la copia de las técnicas y en la propia producción– cuya combinación puede variar entre las diferentes industrias y empresas. Esas fuentes, a su vez, alimentan un proceso de aprendizaje en el que se modela y acrecienta aquel conocimiento. Por consiguiente, la tecnología y la innovación tendrán un carácter acumulativo y dependiente de la trayectoria seguida en su gestación, lo que, sin embargo, no elimina la incertidumbre acerca de sus resultados técnicos y económicos.

    Todo ello, por otra parte, da lugar a la existencia de una amplia variedad de formas y estrategias de desarrollo tecnológico que diferencian entre sí a las empresas que participan en ellas –manifestándose en distintos patrones de innovaciónviii– y a las industrias en las que esos agentes se insertan –reflejándose en sus específicos regímenes tecnológicosix–.

    Pues bien, dentro de este marco conceptual puede establecerse una metodología de análisis que ordene el estudio de los elementos que, en cada sistema económico, configuran el proceso de creación de tecnología, así como de las complejas relaciones que se establecen entre éste y aquél. Tal metodología se sintetiza en el gráfico 2, donde se pone de relieve la imbricación entre las actividades de innovación y de producción, a través principalmente de las empresas innovadoras, y el papel que juega el mercado en la selección de las tecnologías económicamente viables. De acuerdo con este esquema, el análisis considera la asignación de recursos a la creación del conocimiento científico y técnico por parte de los agentes que participan en él –lo que puede aproximarse a través de los indicadores referentes a la I+D–; entra también en los resultados que se manifiestan en forma de conocimientos utilizables en la producción –para lo que es de utilidad la información sobre patentesx, sin descartar el uso de indicadores sobre el output de la investigación científica–; aborda el desequilibrio entre estos resultados y las necesidades del sistema productivo, que se salda mediante la importación de tecnologías incorporadas y desincorporadas; y, en fin, destaca la influencia del cambio tecnológico en el desarrollo económico a través de las ganancias de eficiencia que impulsan la productividad y el crecimiento.

    No todos los elementos del esquema precedente pueden ser estudiados en una perspectiva regional, pues, lamentablemente, la publicación por el INE de los datos de las encuestas nacionales de I+D e innovación, con una desagregación territorial, es muy limitada. Y lo mismo ocurre con otras fuentes –como las referentes a la importación de tecnología o a las patentes nacionales– cuyos datos no se elaboran para las distintas Comunidades Autónomasxi. Por ello, el análisis que sigue a continuación deja fuera, por

    Fuente: Tomado de Molero y Buesa (1997).

    falta de información, algunos de ellos y se circunscribe fundamentalmente a la cuestión de la asignación de recursos a la I+D y sus resultados, por una parte, y al examen de las características de las empresas innovadoras y de las estrategias tecnológicas que éstas desarrollan, por otra.

     

  3. LA ASIGNACIÓN DE RECURSOS A LAS ACTIVIDADES DE I+D.

 

Para el análisis de la asignación de recursos financieros y humanos a las actividades de investigación científica y tecnológica que desarrollan el sector público, las Universidades y las empresas, se tendrán en cuenta los datos que al respecto publica el INExii. Tales datos –que, para obviar las variaciones interanuales, se han promediado con referencia al período 1990-1995– se recogen en la tabla 2 del apéndice, donde también se ha incluido el gasto de las empresas industriales en innovación estimado para el año 1994. A partir de ellos, se puede constatar, en primer lugar, que el gasto en I+D se encuentra muy fuertemente concentrado desde el punto de vista regional. Así, como se muestra en el gráfico 3, la Comunidad de Madrid ocupa una posición de liderazgo con casi el 40 por 100 de los recursos financieros totales, siendo destacable que alrededor del 60 por 100 del gasto ejecutado por el sector público y algo más del 40 por 100 correspondiente al sector empresarial se localizan en ella.

 

Esta centralidad de la región que acoge a la capital del Estado es un fenómeno común a los países de la Unión Europea, de manera que, con la única excepción de Alemania donde existe un mayor equilibrio regional, en todos ellos se puede apreciar

 

elevada concentración de los recursos en las regiones de ese tipoxiii. Sin embargo, debe añadirse que, en el caso de España, como ocurre en Francia o en Suecia, el nivel correspondiente –entre un tercio y dos quintos– es notoriamente más reducido que en otros países, donde por lo general se supera el 50 por 100.

 

Por otra parte, son también relevantes por el volumen total de su gasto en I+D, Cataluña, el País Vasco, Andalucía y, en un menor nivel, la Comunidad Valenciana y Castilla y León. Y lo mismo puede decirse cuando, en vez del gasto, se tiene en cuenta el número de personas ocupadas en las actividades de investigación, tal como refleja el gráfico 4, aunque en este caso Andalucía precede por su posición al País Vasco.

 

La imagen precedente se modifica de forma importante cuando la referencia se establece en el gasto de las empresas en innovación, concepto éste que, además de la I+D, comprende otras actividades de creación de conocimientos tecnológicos –como el diseño industrial o la ingeniería– así como la adquisición de equipos que incorporan nuevas tecnologías, de patentes u otros activos sujetos a la protección de la propiedad industrial, y de asistencia técnica. En este caso, como se ve en el gráfico 5, hay una mayor dispersión territorial y la posición relativa de cada una de las regiones difiere de la antes señalada. Así, Cataluña ocupa el primer lugar, con poco más de una cuarta parte del gasto total, seguida de Madrid, que supera el 20 por 100. En un segundo escalón se sitúan los casos de Aragón y el País Vasco; y en un tercer nivel, los de Valencia, Galicia, Castilla-La Mancha y Andalucía.

 

 

 

La concentración regional de los recursos asignados a la creación de conocimiento tecnológico, se analiza de una manera más formal en el cuadro 1, donde se ofrecen los resultados de la estimación de los índices de Herfindahl (H) correspondientes a las variables utilizadas, así como su desagregación por tipos de agentes. El cuadro incluye también el recíproco de H que señala el número de regiones de igual tamaño que darían lugar al mismo nivel de concentración que el obtenido a partir de los datos disponibles. Como se puede comprobar, tanto en el gasto como en el personal de I+D la concentración es máxima para las cifras del sector público y mínima para el de enseñanza superior, lo que denota que la política de creación de Universidades ha jugado un papel redistribuidor, desde el punto de vista territorial, de las actividades científicas. A su vez, en el sector empresarial, la concentración es notoriamente más elevada en lo que concierne al gasto en I+D que en lo relativo al gasto en innovación, confirmándose así la impresión obtenida a partir de la descripción precedente.

 

 

CUADRO 1: CONCENTRACIÓN REGIONAL DE LOS RECURSOS DESTINADOS

A LA I+D Y A LA INNOVACIÓN EN ESPAÑA. Índices de Herfindahl (H)

 

 

Indicadores

H

1/H

 
 

Gasto en I+D de:

     
 

Sector Público

0,3721

2,69

 
 

Enseñanza Superior

0,1183

8,45

 
 

Empresas

0,2603

3,84

 
 

Total

0,2139

4,68

 
 

Personal en I+D de:

     
 

Sector Público

0,3360

2,98

 
 

Enseñanza Superior

0,1247

8,02

 
 

Empresas

0,2331

4,29

 
 

Total

0,1920

5,21

 
 

Gasto en innovación de las empresas industriales

0,1459

6,85

 

 

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la tabla 2 del apéndice.

Fruto de la concentración de los recursos asignados a la I+D y del desigual potencial económico de las regiones españolas, es la existencia de importantes diferencias entre ellas en lo que concierne al esfuerzo que realizan para desarrollar sus actividades científicas y tecnológicas. Ello se puede comprobar en los indicadores que se exponen en el cuadro 2, donde se señala que sólo en Madrid se supera el promedio de la Unión Europea, y que esta región, el País Vasco, Cataluña y Navarra sobrepasan la media española.

 

Un examen más detenido de estos indicadores muestra que la posición aventajada de Madrid responde a una clara supremacía en los sectores público y empresarial –en los que el nivel de esfuerzo alcanza los mayores valores de cuantos se registran en España–, pero no así en el formado por las Universidades, donde aunque se supera la media no se ocupa el primer lugar. Por otra parte, el País Vasco y Cataluña sólo superan el promedio nacional en el sector de las empresas, en tanto que Navarra lo hace en el de la enseñanza superior –circunstancia ésta que comparte con Andalucía, Canarias, Cantabria, Castilla y León, Murcia y la Comunidad Valenciana–.

 

Estas diferencias interregionales en el esfuerzo de asignación de recursos a la I+D están reflejando, por otra parte, a la existencia de distintos modelos de distribución del gasto y del personal investigador entre los agentes que operan en cada región, tal como se muestra en el gráfico 6 a partir de los datos concernientes a la primera de esas

 

 

 

CUADRO 2: ESFUERZO RELATIVO DE ASIGNACIÓN DE RECURSOS A LA I+D

EN LAS REGIONES ESPAÑOLAS.

 

Regiones

Gasto en I+D como % del PIB pm 1

Personal en I+D por millón de habitantes1

Total 2

Sector

Enseñanza

Empresas

Total 2

Sector

Enseñanza

Empresas

público

superior

Público

superior

Andalucía

0,54

0,12

0,27

0,15

1.012,0

257,3

547,6

206,6

Aragón

0,61

0,15

0,20

0,25

1.596,9

459,1

634,7

501,4

Asturias

0,52

0,10

0,25

0,18

1.165,9

283,6

589,4

289,2

Baleares

0,12

0,03

0,07

0,01

374,9

104,0

235,4

32,8

Canarias

0,42

0,13

0,27

0,02

1.006,8

275,3

686,9

34,1

Cantabria

0,49

0,10

0,25

0,13

1.048,7

174,8

645,9

216,6

Castilla-La Mancha

0,22

0,03

0,05

0,14

393,6

105,0

130,4

153,3

Castilla y León

0,60

0,05

0,29

0,27

1.317,7

150,4

730,5

421,7

Cataluña

0,91

0,09

0,21

0,60

2.249,8

262,0

676,3

1.278,6

Extremadura

0,31

0,11

0,16

0,03

592,6

233,6

294,4

62,7

Galicia

0,43

0,10

0,22

0,12

876,9

242,4

437,0

196,1

La Rioja

0,25

0,06

0,05

0,14

630,1

242,9

205,0

250,5

Madrid

2,13

0,65

0,28

1,18

5.113,3

1.904,2

1.118,6

2.053,4

Murcia

0,49

0,13

0,24

0,12

1.111,9

332,4

561,6

216,0

Navarra

0,87

0,03

0,41

0,43

2.724,4

145,4

1.480,8

1.082,9

País Vasco

1,14

0,03

0,19

0,90

2.562,3

80,7

610,1

1.837,9

Com. Valenciana

0,48

0,07

0,26

0,15

1.025,2

164,2

569,1

277,1

ESPAÑA

0,87

0,18

0,24

0,45

1.817,7

438,9

639,4

724,3

Unión Europea-15

1,97

0,35

0,38

1,24

4.240,4

721,9

1.113,1

2.331,0

 

 

Fuente: INE, EUROSTAT y elaboración propia.

 

1 Promedio anual del período 1990-1995.

 

2 Existen pequeñas diferencias entre este total y la suma de los sectores debido a que dentro de él se incluyen las instituciones sin fines de lucro.

variables. Esos modelos son, en esencia, los siguientes:

 

· El que refleja el conjunto de la economía española, en el que se da un cierto equilibrio entre el papel de las empresas –algo por encima del 50 por 100– y el del conjunto de las instituciones públicas, incluidas las Universidades. A este modelo responden los casos de Madrid –donde el sector público, gracias a la ubicación en la región de una buena parte de los centros del CSIC, del INTA, el CIEMAT, el INIA, el CEDEX y otros organismos de investigación, sobrepasa con creces al de enseñanza superior– y de La Rioja –donde los tamaños, ambos muy pequeños, de estos dos últimos sectores son similares–.

· Un segundo modelo es el que reflejan Navarra y en Castilla y León, donde las Universidades y las empresas participan ejecutan, a partes iguales, la casi totalidad del gasto en I+D, pues el sector público es claramente marginal.

· El relegamiento del sector público es también característico del modelo al que se ajusta el País Vasco, donde, sin embargo, se da un predominio muy notable de las empresas, a la vez que un reducido papel de la enseñanza superiorxiv.

· El cuarto modelo, próximo al anterior, es característico de Cataluña y también de Castilla-La Mancha. En él domina la empresa como agente ejecutor de la I+D, pero sin que, como en el caso vasco, el sector público y, sobre todo, las Universidades, sean tan marginales.

· Y, por último, el quinto modelo, al que se someten las demás regiones, se define por la hipertrofia del sector de la enseñanza superior y la exigüidad del papel de las empresas –que en algunos casos, como los de Extremadura y los dos archipiélagos, llega a ser extrema–, en tanto que, por lo general, el sector público participa en proporciones superiores al promedio nacional.

En resumen, las regiones en las que se registra un mayor esfuerzo en la asignación de recursos a la investigación cuentan con un sector empresarial relativamente amplio cuyo papel se complementa con la actividad de las Universidades y, aunque no siempre, con las del sector público. En cambio, aunque con alguna excepción, las regiones en las que aquel esfuerzo es reducido registran una seria deficiencia de empresas innovadoras, lo que hipervalora la función de las instituciones públicas, en especial de las dedicadas a la enseñanza superior.

 

 

3. LOS RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Y TECNOLÓGICA.

La información acerca de los resultados que se derivan de las actividades de I+D, es aún más escasa que la disponible sobre los recursos a éstas destinados. Sin embargo, puede recurrirse a algunos indicadores expresivos de ellos que, no sin ciertas dosis de ambigüedad, se atribuirán, por una parte, a las instituciones públicas y universitarias que se ocupan principalmente de la creación del conocimiento científico, y, por otra, a las empresas innovadoras, más centradas en el conocimiento de carácter tecnológicoxv. De este modo, con respecto a los primeros, en la tabla 3 del apéndice se recogen datos sobre los documentos científicos que, habiendo sido publicados por autores residentes en las distintas Comunidades Autónomas, son objeto de tratamiento en las bases de datos del ISIxvi, y sobre los proyectos de investigación que han sido aprobados y financiados por los principales programas del Plan Nacional de I+Dxvii. Y con relación a los segundos, la tabla 4 reúne la información acerca las patentes europeas solicitadas en cada región y de los proyectos empresariales de I+D que han sido objeto de las ayudas concedidas por el Ministerio de Industria, el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial, el Programa Marco de la Unión Europea y el Eurekaxviii.

 

A partir de todos estos datos se puede constatar que, como era de esperar, también en lo que a los resultados concierne la concentración regional es elevada. A título ilustrativo, en los gráficos 7 y 8 se visualiza este hecho con respecto a los documentos científicos y las patentes; y en el cuadro 3 se analiza su magnitud para todas las variables mediante los índices de Herfindahl. En ellos se muestra un menor nivel de concentración para los resultados científicos, lo que probablemente se explica por el hecho de que todas las Comunidades Autónomas cuentan con Universidades. A su vez, la concentración es mayor en los indicadores que se refieren a los resultados tecnológicos, en especial cuando se tiene en cuenta la participación empresarial en proyectos de cooperación europea, lo que resulta coherente con el hecho, antes señalado, de que en casi todas las regiones se da una grave carencia de empresas innovadoras.

 

Por otra parte, las regiones que cuentan con una mayor participación en el total de los resultados de carácter científico son Madrid y Cataluña –con más del 50 por 100, entre ambas, en todos los indicadores–; en un segundo nivel, Andalucía –con alrededor del 12 por 100–; en un tercer plano, la Comunidad Valenciana –con un 8 ó 9 por 100– y Castilla y León, Galicia y el País Vasco –con cifras próximas al 4 ó 5 por 100–; y, finalmente, las demás Comunidades Autónomas cuya marginalidad es notoria. En cambio, el número de las regiones que cuentan con participaciones significativas en los resultados de carácter tecnológico, es menor: Madrid y Cataluña en una posición destacada –reuniendo entre las dos entre el 60 y el 70 por 100 de las distintas magnitudes–, seguidas por el País Vasco –que cuenta con algo más de una décima parte

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la tabla 3 del apéndice.

 

 

 

 

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la tabla 4 del apéndice.

 

 

 

 

CUADRO 3: CONCENTRACIÓN REGIONAL DE LOS RESULTADOS

DE LAS ACTIVIDADES CIENTÍFICAS Y TECNOLÓGICAS EN ESPAÑA.

Índices de Herfindahl (H)

 

 

Indicadores

H

1/H

 
 

Documentos científicos

0,1867

5,36

 
 

Proyectos del Plan Nacional de I+D:

     
 

- Número de proyectos

0,1695

5,90

 
 

- Presupuesto de los proyectos

0,1898

5,27

 
 

Solicitud de patentes europeas

0,1839

5,44

 
 

Proyectos empresariales financiados por el MINER:

     
 

- Número de proyectos

0,2260

4,42

 
 

- Presupuesto de los proyectos

0,2170

4,61

 
 

Proyectos empresariales financiados por el CDTI:

     
 

- Número de proyectos

0,2150

4,65

 
 

- Presupuesto de los proyectos

0,2214

4,52

 
 

Proyectos empresariales financiados por la Unión Europea:

     
 

- Número de proyectos

0,3575

2,80

 

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de las tablas 3 y 4 del apéndice.

 

de los proyectos y con un veinteavo de las patentes– y, más atrás, por la Comunidad Valenciana y Andalucía.

 

El hecho de que algunas regiones cuenten con una participación apreciable en las variables que se vienen analizando no significa que su valor refleje unos resultados científicos y tecnológicos equiparables a los que se registran en otros países. Todo lo contrario, en concordancia con la mediocridad de los recursos que se destinan a la I+D, esos resultados reflejan, por lo general, un nivel muy inferior al promedio europeo. Ello es lo que muestran los indicadores que se recogen en los gráficos 9 y 10, en los que se han empleado los datos referentes a la documentación científica para expresar la posición relativa de los sectores público y de enseñanza superior de cada una de las Comunidades Autónomas, y los de la solicitud de patentes europeas para hacer lo mismo con respecto a las empresas innovadoras.

 

Tal inferioridad es palpable en el caso de la producción científica, en la que el promedio español apenas supera la mitad del que corresponde a los países europeos de mayor tamaño, y en la que sólo la región de Madrid se sitúa por encima de este último. Pero resulta especialmente llamativa en el indicador de patentes, para el que la media española es diez veces inferior a la de las naciones tomadas como referencia, sin que haya ninguna región que se aproxime a esta última.

 

Por lo demás, en ambos indicadores las diferencias interregionales son apreciables. En el que toma en consideración las publicaciones en revistas científicas, tras el liderazgo madrileño se ubican Cataluña, Aragón y Cantabria con un valor netamente superior a la media nacional, y Asturias, Murcia, Navarra y Valencia con un nivel equiparable al de ésta, quedando las otras Comunidades Autónomas en un plano secundario. Y en el que se construye a partir de la información de patentes, sólo tres regiones –Cataluña, Madrid y Navarra– toman valores de mayor entidad que el que corresponde al conjunto de España, y una más –el País Vasco– se coloca cerca de éste.

 

Los resultados de las actividades de I+D guardan una cierta relación con los recursos que se dedican a su sostenimiento, de manera que, en general, puede afirmarse que cuanto mayores son éstos, más amplios son también aquellos. Ello es lo que se

desprende de la estimación de ecuaciones de regresión lineal entre las correspondientes variables que se ha efectuado en el cuadro 4, algunos de cuyos resultados se representan en los gráficos 11 y 12.

 

Para realizar estas estimaciones, se han normalizado previamente los indicadores hasta aquí utilizados poniendo en relación su valor absoluto con el PIB y con la población de cada región, y refiriendo la ratio así obtenida al promedio del conjunto de

la economía españolaxix. Además, para evitar las distorsiones que pudieran derivarse de la relativa parcialidad de los indicadores de resultados, en las regresiones se han tenido en cuenta únicamente los promedios obtenidos para el conjunto de ellos. Asimismo, dada la posición singular que ocupa Madrid, tal como se verá a continuación, con el fin de comprobar la robustez de la relación existente entre las variables objeto de las estimaciones, se han repetido éstas excluyendo los valores correspondientes a dicha región.

 

Pues bien, por lo que se refiere a las actividades de carácter predominantemente científico que se desarrollan en los centros de investigación del sector público y de las Universidades, las ecuaciones estimadas ponen de relieve que, para el conjunto total de las regiones españolas, existe una relación bastante estrecha entre los niveles relativos de recursos y de resultados, de manera que aquellas explican en torno al 77 por 100 de

 

 

 

CUADRO 4: RELACIÓN ENTRE LOS INDICADORES DE RECURSOS Y DE RESULTADOS DE LAS ACTIVIDADES CIENTÍFICAS Y TECNOLÓGICAS EN LAS REGIONES ESPAÑOLAS. Ecuaciones de regresión lineal.

 

I. ACTIVIDADES CIENTÍFICAS (Sectores público y de enseñanza superior)

 

Variable dependiente: Resultados por cada mil millones de PIB

Variable predictora

Coeficiente

T

r

R 2

corregido

Durbin-

Watson

F

r

Constante

13,868

1,376

0,189

0,779

2,355

57,408

0,000

Esfuerzo en I+D (Gasto)

0,835

7,577

0,000

Constante *

12,358

0,807

0,433

0,529

2,350

17,844

0,001

Esfuerzo en I+D (Gasto) *

0,857

4,224

0,001

 

* Excluida la región de Madrid.

 

Variable dependiente: Resultados por cada millón de habitantes

Variable predictora

Coeficiente

T

r

R 2

corregido

Durbin-

Watson

F

r

Constante

14,339

1,254

0,229

0,767

2,363

53,536

0,000

Esfuerzo en I+D (Personal)

0,820

7,317

0,000

Constante *

21,651

1,208

0,247

0,368

2,310

9,741

0,008

Esfuerzo en I+D (Personal) *

0,714

3,121

0,008

 

* Excluida la región de Madrid.

 

 

II. ACTIVIDADES TECNOLÓGICAS (Sector empresarial)

 

Variable dependiente: Resultados por cada mil millones de PIB

Variable predictora

Coeficiente

T

r

R 2

corregido

Durbin-

Watson

F

r

Constante

13,607

2,017

0,062

0,894

2,487

136,014

0,000

Esfuerzo en I+D (Gasto)

0,843

11,663

0,000

Constante *

12,435

1,653

0,121

0,816

2,540

67,634

0,000

Esfuerzo en I+D (Gasto) *

0,873

8,224

0,000

 

* Excluida la región de Madrid.

 

Variable dependiente: Resultados por cada millón de habitantes

Variable predictora

Coeficiente

t

r

R 2

corregido

Durbin-

Watson

F

r

Constante

8,301

1,210

0,245

0,933

2,549

222,805

0,000

Esfuerzo en I+D (Personal)

0,911

14,927

0,000

Constante *

10,317

1,454

0,168

0,891

2,781

123,392

0,000

Esfuerzo en I+D (Personal) *

0,861

11,108

0,000

 

* Excluida la región de Madrid.

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de las tablas 5 y 6 del apéndice.

la variación correspondiente. Sin embargo, esta relación se resiente cuando se excluye a Madrid de la estimación. En efecto, aunque al realizar esta operación el coeficiente de regresión continúa siendo distinto de cero, la autocorrelación de los residuos sigue siendo baja y la significación conjunta de los parámetros permanece en un nivel aceptable, el coeficiente de determinación se reduce drásticamente hasta poco más del 50 por 100, cuando las variables se refieren al PIB, y del 36 por 100, cuando se relativizan con respecto a la población.

 

Ello es así debido a que la región madrileña perfila de un modo excéntrico su posición dentro de España, de manera que, como se visualiza en el gráfico11, destaca tanto por el nivel de los recursos que utiliza en el sostenimiento de la ciencia, como por el de los resultados que se derivan de ellaxx. Por el contrario, ninguna de las demás regiones logra ubicarse por encima del promedio nacional en ambos elementos, aunque Navarra lo hace en términos del primero y Cantabria, Cataluña, Aragón y Asturias en los del segundo.

 

Y por lo que concierne al ámbito tecnológico –que aquí, por las razones ya apuntadas, se asocia a la actividad de las empresas innovadoras–, las ecuaciones de regresión que se exponen en el cuadro 4 señalan de nuevo una relación entre la asignación de recursos y los indicadores de resultados, que es ahora aún más estrecha que la anterior, por cuanto los coeficientes de determinación correspondientes alcanzan valores próximos al 90 por 100. Además, en este caso dichos coeficientes varían poco

 

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la tabla 5 del apéndice.

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la tabla 6 del apéndice.

 

cuando se procede a repetir el cálculo con exclusión de Madrid. Esta región, vuelve a mostrar de nuevo una posición de liderazgo no compartido con ninguna otra, aunque debe añadirse que, como refleja el gráfico 12, ahora el País Vasco, Cataluña y, en menor medida, Navarra son Comunidades Autónomas claramente despegadas del resto al mostrar valores superiores a los medios de España en los dos tipos de indicadores.

 

En resumen, el análisis presentado en las páginas precedentes ha puesto de relieve que la desigualdad preside en España, como en otros países, la distribución regional de la I+D, tanto en términos de recursos como de resultados, de manera que ambos aparecen concentrados en muy pocas áreas geográficas y guardan entre sí una relación de proporcionalidad. Tal concentración es más intensa en el ámbito tecnológico que en el científico, pues en éste la proliferación de Universidades ha propiciado una cierta redistribución espacial de las correspondientes actividades. Ello no ha permitido, sin embargo, una equiparación de los niveles de esfuerzo en I+D. Todo lo contrario, éstos sólo presentan unos valores que superan el promedio nacional cuando las correspondientes regiones son, a su vez, relativamente fuertes en la investigación que se realiza en el sector empresarial. Dicho de otro modo, el rasgo más peculiar que caracteriza a las regiones de mayor nivel dentro del mediocre panorama español de la ciencia y la tecnología, es que cuentan con un cierto tejido de empresas innovadoras. Por ello, como se hace en el epígrafe siguiente, tiene interés conocer cómo son y cómo se comportan estas empresas.

 

  1. LAS EMPRESAS INNOVADORAS.
  2. Las empresas innovadoras son los agentes activos de la creación de tecnología en el sector productivo de la economía. Se trata de empresas que adoptan estrategias dirigidas a la obtención de al menos una parte de los conocimientos tecnológicos que se requieren para la elaboración de los bienes o servicios que ofertan en los mercados, y que, con tal finalidad, realizan diversos tipos de actividades, como la I+D, el diseño industrial, la ingeniería o la formalización de la experiencia acumuladaxxi.

    El análisis de las características y el comportamiento tecnológico de estas empresas se encuentra limitado por el hecho de que son pocas las investigaciones que se han realizado sobre ellasxxii. En nuestro caso tendremos en cuenta los resultados obtenidos en una de las más recientes –la Encuesta IAIF-CDTI– en la que se ha tomado en consideración a las empresas que, entre 1984 y 1994, obtuvieron financiación del CDTI para sus proyectos de I+D y de innovaciónxxiii. La muestra de 545 unidades sólo permite obtener datos aceptables –con márgenes de error inferiores al ±10 por 100, con un nivel de confianza del 95,5 por 100– para las tres regiones de mayor esfuerzo tecnológico –Madrid, el País Vasco y Cataluña–, por lo que, en la presentación de la información, se han agregado las demás Comunidades Autónomasxxiv.

    Comenzando por la descripción del perfil estructural de estas empresas, muy sintéticamente pueden señalarse los siguientes aspectos:

    • En primer lugar, por lo que concierne a su dimensión, ha de señalarse que, como se muestra en el cuadro 5, entre las empresas innovadoras, se cuenta con unidades de todos los estratos de tamaño, aunque las frecuencias que corresponden a los niveles de medianas y grandes son mayores que las que se registran para la generalidad del sector empresarial. Dicho de otra manera, por comparación con el perfil del conjunto de las empresas industriales y de servicios, la distribución de las empresas innovadoras aparece sesgada hacia los estratos de mayor dimensión. Por otra parte, el test de la c 2 revela que, entre las distintas regiones, existen diferencias significativas en esta variable, de manera que, en Madrid, hay un mayor número relativo de grandes empresas, y, en el País Vasco, de medianas de estrato superior. A su vez, en estas dos regiones se

    CUADRO 5: TAMAÑO Y EDAD DE LAS EMPRESAS INNOVADORAS

    EN LAS REGIONES ESPAÑOLAS (Porcentajes)

    Regiones

    Número de

    Tamaño de las empresas (nº de empleados)

    Edad media

    empresas

    Hasta 50

    51 a 250

    251 a 500

    Más de 500

    en 1995

    Cataluña

    197

    37,6

    39,1

    13,7

    9,6

    32,0

    Madrid

    120

    41,7

    24,2

    10,8

    23,3

    23,6

    País Vasco

    58

    25,9

    39,6

    22,4

    12,1

    25,8

    Otras regiones

    170

    46,7

    32,5

    13,1

    7,7

    25,6

    ESPAÑA

    545

    40,1

    33,8

    13,8

    12,3

    27,5

    Chi-cuadrado

    30,9810 (0,001)

    Fuente: Encuesta IAIF-CDTI y elaboración propia.

    CUADRO 6: ACTIVIDAD EXPORTADORA DE LAS EMPRESAS INNOVADORAS

    EN LAS REGIONES ESPAÑOLAS (Porcentajes)

    Regiones

    Probabilidad

    Propensión exportadora *

    exportadora (%)

    < 10%

    11 a 25 %

    > 25 %

    Media (%)

    Cataluña

    87,8

    31,2

    24,9

    43,9

    21,4

    Madrid

    70,8

    48,3

    17,6

    34,1

    17,5

    País Vasco

    91,4

    26,4

    15,1

    58,5

    24,5

    Otras regiones

    72,4

    35,8

    17,9

    46,3

    21,2

    ESPAÑA

    79,6

    35,3

    20,3

    44,4

    21,0

    Chi-cuadrado

    24,3548 (0,001)

    13,6748 (0,050)

    Fuente: Encuesta IAIF-CDTI y elaboración propia.

    * Porcentaje de ventas en el exterior de las empresas que exportan.

    CUADRO 7: INVERSIONES DIRECTAS EN EL EXTRANJERO DE LAS EMPRESAS INNOVADORAS EN LAS REGIONES ESPAÑOLAS (Porcentajes)

    Probabilidad de

    Número de países en los que las empresas inversoras poseen

    Regiones

    inversión directa

    Filiales comerciales (%)

    Filiales de producción (%)

    en el exterior (%)

    Ninguno

    1

    2

    3 a 5

    Más de 5

    Ninguno

    1

    2

    Más de 2

    Cataluña

    30,5

    18,3

    33,4

    23,3

    20,0

    5,0

    63,3

    23,3

    6,7

    6,7

    Madrid

    30,0

    25,0

    33,4

    8,3

    13,9

    19,4

    47,2

    27,8

    16,7

    8,3

    País Vasco

    39,7

    8,7

    21,7

    21,7

    30,5

    17,4

    60,9

    17,4

    17,4

    4,3

    Otras regiones

    20,6

    25,7

    28,6

    25,7

    11,4

    8,6

    42,9

    42,9

    8,6

    5,6

    ESPAÑA

    28,3

    20,1

    30,6

    20,1

    18,2

    11,0

    54,6

    27,9

    11,0

    6,5

    Chi-cuadrado

    9,2999 (0,050)

    15,3676 (no significativo)

    16,6372 (0,100)

    Fuente: Encuesta IAIF-CDTI y elaboración propia.

    CUADRO 8: ACTIVIDADES TECNOLÓGICAS EXTERIORES DE LAS EMPRESAS

    INNOVADORAS EN LAS REGIONES ESPAÑOLAS (Porcentajes)

    Probabilidad de realización (%)

    Regiones

    Concesión

    Asistencia

    Centros de I+D

    Programas inter-

    de licencias

    técnica

    en el exterior

    nacionales de I+D

    Cataluña

    13,2

    40,1

    5,1

    26,4

    Madrid

    15,0

    45,8

    5,0

    51,7

    País Vasco

    19,0

    48,3

    3,4

    41,4

    Otras regiones

    10,6

    26,5

    2,4

    24,7

    ESPAÑA

    13,4

    38,0

    4,0

    33,0

    Chi-cuadrado

    2,7994 (n.s.)

    15,6896 (0,010)

    2,1330 (n.s.)

    29,9149 (0,001)

    Fuente: Encuesta IAIF-CDTI y elaboración propia. n.s.: no significativo.

    constatan las menores frecuencias de empresas medianas del estrato inferior y de empresas pequeñas, respectivamente.

    • Un segundo aspecto se refiere a la edad. Como también muestra el cuadro 5, las empresas innovadoras cuentan, en general, con una experiencia bastante dilatada que, en términos medios, se cifra en una edad de 27,5 años en el momento de realizar la encuesta. Esta edad es significativamente menor en Madrid –donde el promedio sitúa la creación de las empresas en el comienzo de los años setenta– y mayor en Cataluña –región en la que ese inicio de la actividad se sitúa en la primera mitad de la década de los sesenta–.

    • En tercer lugar, tal vez como fruto de esa experiencia y, seguramente, como derivación de su carácter innovador, estas empresas registran un notable nivel de apertura internacionalxxv que se manifiesta en los terrenos de la exportación, la inversión directa y la actividad tecnológica en el exterior.

    Por lo que al primero se refiere, según se señala en el cuadro 6, la probabilidad de exportar está próxima al 80 por 100, alcanzando las empresas que operan en el exterior una propensión exportadora del 21 por 100. En ambos indicadores los datos muestran una significativa diferenciación regional, de manera que son las empresas vascas y madrileñas las que registran los valores mayores y menores, respectivamente.

    En cuanto al segundo, como muestra el cuadro 7, el 28 por 100 de las empresas encuestadas son inversoras en el extranjero, destacando de nuevo las del País Vasco por su mayor probabilidad; y lo son, principalmente, en filiales dedicadas a la comercialización, pues las cifras referentes a las de producción son muy inferiores. El test de la c 2 no muestra diferencias interregionales significativas para aquellas, pero sí para éstas, pues Madrid sobresale por su mayor proyección productiva internacional.

    Y por lo que al tercero concierne, en el cuadro 8 se señala que muchas de esas empresas han sido cedentes de tecnología al exterior –sobre todo a través de operaciones de asistencia técnica– o han participado en programas internacionales de I+D –siendo, en este caso, más numerosas, en términos relativos, las de Madrid y el País Vasco–. En cambio, muy pocas poseen centros o laboratorios de I+D en otros países, sin que se hayan podido acreditar diferencias interregionales a este respecto.

    • Otro aspecto relevante en estas empresas innovadoras hace referencia al hecho de que ocupan posiciones muy destacadas en los mercados en los que operan. Así, como se muestra en el cuadro 9, más de una cuarta parte de ellas se declaran líderes, y cerca de otra mitad se ubican entre los cinco primeros competidores existentes en dichos mercados, siendo estas proporciones muy similares en todas las regiones consideradas.

     

    CUADRO 9: POSICIÓN DE LAS EMPRESAS INNOVADORAS DE

    LAS REGIONES ESPAÑOLAS EN SU MERCADO PRINCIPAL. (Porcentajes)

    Regiones

    Líder del

    Entre las cinco

    Otras

    mercado

    primeras empresas

    posiciones

    Cataluña

    30,5

    48,2

    21,3

    Madrid

    30,8

    47,5

    21,7

    País Vasco

    31,0

    41,5

    27,5

    Otras regiones

    22,9

    48,2

    28,8

    ESPAÑA

    28,3

    47,3

    24,4

    Chi-cuadrado

    5,7126 (no significativo)

    Fuente: Encuesta IAIF-CDTI y elaboración propia.

    CUADRO 10: CAPITAL DE CONTROL DE LAS EMPRESAS INNOVADORAS

    EN LAS REGIONES ESPAÑOLAS (Porcentajes)

    Empresas

    Empresas integradas en grupos de

    Regiones

    Independientes de

    Capital

    Capital

    Capital

    No

    Capital nacional

    público nacional

    privado nacional

    Extranjero

    disponible

    Cataluña

    54,4

    1,0

    21,8

    21,3

    1,5

    Madrid

    40,8

    17,5

    21,7

    20,0

    -

    País Vasco

    34,5

    3,4

    51,8

    10,3

    -

    Otras regiones

    56,5

    3,5

    24,1

    15,9

    -

    ESPAÑA

    49,8

    5,7

    25,7

    18,2

    0,6

    Chi-cuadrado

    66,9892 (0,001)

    Fuente: Encuesta IAIF-CDTI y elaboración propia.

    • Finalmente, puede cerrarse esta descripción del perfil de las empresas que aquí se estudian, haciendo mención a su control. Casi la mitad de ellas –como indica el cuadro 10– son de carácter independiente y de capital nacional, en tanto que la otra mitad se integran en grupos empresariales, principalmente de capital privado nacional y, en menor medida, de capitales extranjero y público. La distribución regional presenta, en este caso, una diferenciación apreciable que se origina en la menor importancia que las empresas no vinculadas a grupos tienen dentro de Madrid y, más aún, del País Vasco, compensada por una mayor frecuencia de las empresas públicas en la primera de estas regiones, y de las vinculadas a grupos privados nacionales en la segunda.

    El análisis del comportamiento innovador de las empresas a las que vengo refiriéndome, puede iniciarse haciendo mención a la procedencia de las tecnologías que ellas mismas emplean en sus operaciones productivas y comerciales. Esas tecnologías pueden ser resultado de las actividades internas de creación de conocimiento o bien consecuencia de las adquisiciones realizadas a otras empresas. A partir de los resultados de la Encuesta IAIF-CDTI puede cuantificarse el nivel de autonomía tecnológica de dichas empresas –es decir, el grado en que éstas se autoabastecen del elenco de tecnologías que utilizan–, obteniéndose las cifras que refleja el gráfico 13. Como puede apreciarse, tanto en las tecnologías de producto –con un 71 por 100– como en las de proceso –con un 63 por 100– ese nivel es bastante elevado, lo que confiere a los proveedores externos un papel menor. Las diferencias entre regiones son, en general, pequeñas, apreciándose sólo para Madrid unos valores inferiores al promedio.

    CUADRO 11: REALIZACIÓN DE ACTIVIDADES TECNOLÓGICAS POR LAS EMPRESAS

    INNOVADORAS EN LAS REGIONES ESPAÑOLAS (Porcentajes)

    Actividades de I+D

    Diseño industrial

    Ingeniería de producción

    Regiones

    No

    Realizan de forma

    No

    Realizan de forma

    No

    Realizan de forma

    Realizan*

    Regular

    Ocasional

    realizan*

    Regular

    Ocasional

    realizan*

    Regular

    Ocasional

    Cataluña

    3,5

    79,2

    17,3

    39,6

    37,6

    22,8

    31,4

    44,7

    23,9

    Madrid

    5,8

    78,4

    15,8

    42,5

    36,7

    20,8

    34,2

    44,1

    21,7

    País Vasco

    3,4

    86,3

    10,3

    29,3

    50,0

    20,7

    31,0

    50,0

    19,0

    Otras regiones

    6,5

    73,5

    20,0

    47,6

    37,7

    14,7

    30,6

    42,9

    26,5

    ESPAÑA

    4,9

    78,0

    17,1

    41,7

    38,7

    19,6

    31,8

    44,5

    23,7

    Chi-cuadrado

    5,5003 (no significativo)

    9,2213 (no significativo)

    2,1087 (no significativo)

    Fuente: Encuesta IAIF-CDTI y elaboración propia

    * Incluye entre un 0,8 y un 2,5 por 100 de empresas para las que no se dispone de este dato.

    Ese grado de autonomía es resultado de la realización de actividades relacionadas con la acumulación de conocimientos. Las más frecuentes son las de I+D, que, como muestra el cuadro 11, desarrollan casi todas las empresas innovadoras, mayoritariamente con una gran regularidad. En cambio, no ocurre lo mismo con el dise-ño industrial o con la ingeniería de producción, pues las frecuencias son menores –60 por 100, en el primer caso, y 70 por 100, en el segundo– y el grado de ocasionalidad mayor. Desde la óptica regional, no se han encontrado diferencias significativas de comportamiento, tal como muestran los valores de la c 2.

    Por otra parte, desde la perspectiva empresarial, no todas las actividades precedentes son igualmente relevantes en orden a la obtención de los conocimientos sobre los que gravita el cambio tecnológico. Las opiniones expresadas por los directivos consultados en la encuesta –que se recogen en el gráfico 14– son concluyentes a este

    respecto, pues tanto la I+D como, en general, la acumulación de experiencia se valoran netamente por encima del diseño y la ingeniería. De nuevo, las diferencias interregionales son menores, pudiéndose tan sólo señalar que las empresas del País Vasco atribuyen a la I+D una relevancia mayor que las demás, y que las de la Comunidad de Madrid conceden un menor valor al diseño industrial.

    En cuanto a los objetivos hacia los que se orientan las actividades tecnológicas, el gráfico 15 muestra que los más valorados por los directivos de las empresas encuestadas son los que conciernen a la innovación de producto, bien sea a través de nuevos desarrollos, bien por medio de la mejora de los artículos ya existentes. En un plano inferior, aunque próximo, sitúan esos directivos a las tecnologías de proceso; y

    finalmente con puntuaciones muy bajas, a la adaptación de las tecnologías adquiridas a otras empresas. Estas valoraciones son, en general, muy homogéneas entre las regiones estudiadas, pudiéndose anotar como excepciones el bajo índice que atribuyen las empresas de Madrid al desarrollo de nuevos procesos, y el alto valor que, con respecto al promedio, registra el País Vasco en el último de los objetivos mencionados.

    La organización de las actividades de creación de conocimiento implica en ocasiones la concurrencia de agentes externos a la empresa con los que ésta coopera en el marco de proyectos concretos. La importancia de la cooperación ha sido también valorada por los directivos entrevistados en la encuesta, dando lugar a los resultados que se recogen en el gráfico 16. A este respecto, lo primero que conviene señalar es que,

    para las empresas innovadoras de todas las regiones, esa cooperación, sea quien sea el tipo de agente con el que se establezca, ocupa, en orden a la obtención de resultados tecnológicos, un plano secundario frente a la importancia que se atribuye a las actividades internas de I+D. Por otra parte, es claro que, entre las relaciones de cooperación, están mejor valoradas las que conciernen a las Universidades y Centros Públicos de Investigación que las que implican a otras empresas. Y, por último, entre las regiones analizadas, sólo en el País Vasco la cooperación aparece valorada por encima del nivel mediano; y ello, únicamente con relación a los mencionados centrosxxvi.

    Además de informar acerca de la organización de las actividades innovadoras, la encuesta IAIF-CDTI hace referencia también a los recursos que se utilizan para su desarrollo y a los resultados que desprenden de ellas. Los datos correspondientes –que se resumen en el cuadro 12– permiten señalar que:

    · Madrid es la región en la que más recursos dedican las empresas innovadoras a las actividades de generación de tecnología, con un promedio que, expresado en términos financieros, se aproxima al 7 por 100 de las ventas y que, medido en términos de empleo, supera las 41 personas ocupadas en ellas. Ello se debe, seguramente, al hecho ya señalado de que en esta Comunidad Autónoma es más frecuente la presencia de grandes empresas dentro del conjunto de las innovadoras.

    · Las demás regiones son bastante homogéneas por lo que concierne al esfuerzo financiero en innovación, pero no en cuanto a la cuantía del personal empleado en las correspondientes tareas, pues el País Vasco sobresale sobre las otras.

    · También se constata una gran homogeneidad interregional en los indicadores de resultados referidos a la incidencia de la innovación de producto sobre las ventas. Pero no ocurre lo mismo cuando se mide la repercusión de las nuevas tecnologías de proceso, pues en este caso Cataluña, con una cifra que sobrepasa el 30 por 100, se sitúa claramente por encima del promedio de las demás Comunidades.

    · La heterogeneidad es la nota dominante cuando se tienen en cuenta los indicadores de resultados que toman en consideración las distintas formas de la propiedad industrial. En este caso, el País Vasco y Cataluña son las regiones en las que con mayor frecuencia las empresas utilizan este sistema de protección del derecho a la apropiación de las innovaciones, apareciendo Madrid algunos puntos por debajo del promedio nacional. Además, se constatan diferencias muy apreciables en cuanto a la intensidad con que las empresas que utilizan dicho sistema, obtienen el registro de patentes, modelos de utilidad, dibujos y marcas, pues el País Vasco sobresale en las dos primeras de esas figuras legales y Cataluña lo hace en las dos últimas. Aunque no se entrará aquí en el análisis causal de esta diversidad, puede apuntarse como hipótesis más plausible de su determinación la existencia de diferencias en la composición sectorial del conjunto de las empresas innovadoras de cada región, pues las estrategias de

    CUADRO 12: ASIGNACIÓN DE RECURSOS Y RESULTADOS TECNOLÓGICOS DE LAS EMPRESAS INNOVADORAS EN LAS REGIONES ESPAÑOLAS

    ASIGNACIÓN DE RECURSOS A LA INNOVACIÓN

    Indicadores

    Cataluña

    Madrid

    País Vasco

    Otras

    ESPAÑA

    regiones

    Gasto en I+D (% de las ventas)

    3,85

    4,35

    3,74

    3,43

    3,79

    Gasto en otras actividades innovadoras (% de ventas)

    1,96

    2,61

    1,92

    2,28

    2,20

    Gasto total en innovación (% de las ventas)

    5,82

    6,96

    5,67

    5,71

    5,99

    Personal en I+D

    13,98

    22,92

    22,87

    9,24

    15,42

    Personal en otras actividades innovadoras

    7,50

    18,26

    9,97

    8,35

    10,40

    Personal total en innovación

    21,48

    41,17

    32,83

    17,59

    25,81

    RESULTADOS INNOVADORES: INDICADORES DE VENTAS

    Indicadores

    Cataluña

    Madrid

    País Vasco

    Otras

    ESPAÑA

    regiones

    Incidencia de la innovación de producto sobre las

    ventas *: - En el mercado nacional

    36,72

    35,15

    31,93

    35,47

    35,47

    - En los mercados exteriores

    37,39

    37,65

    38,89

    37,35

    37,59

    - Total

    36,84

    35,46

    33,49

    35,71

    35,83

    Incidencia de la innovación de proceso sobre las

    ventas *: - En el mercado nacional

    30,89

    24,09

    22,68

    24,52

    26,53

    - En los mercados exteriores

    28,55

    22,82

    26,98

    27,57

    26,82

    - Total

    30,45

    23,93

    23,64

    24,96

    26,58

    RESULTADOS INNOVADORES: INDICADORES DE PROPIEDAD INDUSTRIAL

    Indicadores

    Cataluña

    Madrid

    País Vasco

    Otras

    ESPAÑA

    regiones

    Empresas que registran Patentes** (%)

    45,70

    36,70

    51,70

    27,06

    38,70

    Patentes registradas por empresa***

    5,05

    5,34

    6,14

    4,52

    5,13

    Empresas que registran Modelos de Utilidad** (%)

    21,30

    15,00

    31,00

    16,47

    19,40

    Modelos de Utilidad registrados por empresa***

    4,22

    3,83

    5,83

    4,90

    4,62

    Empresas que registran Marcas** (%)

    49,7

    37,5

    34,5

    44,26

    43,7

    Marcas registradas por empresa***

    5,83

    4,52

    4,88

    4,17

    4,98

    Empresas que registran Dibujos Industriales** (%)

    9,60

    9,20

    10,30

    14,77

    11,20

    Dibujos Industriales registrados por empresa***

    6,03

    3,91

    4,51

    4,05

    4,68

    Fuente: Encuesta IAIF-CDTI y elaboración propia.

    * Porcentaje de las ventas en el mercado interior o de las exportaciones que corresponde a los productos incorporados durante los cinco últimos años o a los productos elaborados mediante procesos incorporados durante los cinco últimos años.

    ** Referido a los cinco últimos años.

    *** Referido a las empresas que han registrado el correspondiente elemento de propiedad industrial.

    protección de las innovaciones se relacionan en buena medida con el tipo de actividad desarrolladaxxvii.

    Fruto de la diversidad de situaciones en la intensidad con que se asignan recursos a la innovación y en los resultados que se desprenden de las actividades correspondientes, la relación entre las variables expresivas de ambos refleja una notoria

    heterogeneidad, tal como muestra el gráfico17. En síntesis, la eficiencia innovadora presenta un rango de variación bastante amplio entre las regiones analizadas, que resulta particularmente llamativo por lo que respecta a los indicadores que toman como referencia los datos de la propiedad industrial. En todos los casos, Madrid y, en menor medida, el País Vasco ocupan las peores posiciones, en tanto Cataluña se destaca por encima del promedio nacional, ocurriendo lo mismo, aunque con rebajada intensidad, con el agregado que recoge el conjunto formado por las regiones no individualizadas en el análisis.

     

    Por otra parte, también se han constatado discrepancias entre las Comunidades Autónomas en lo que hace referencia al tipo de innovaciones que obtienen las empresas. Los datos que se recogen en el cuadro 13 son bien elocuentes al respecto. En general, esas empresas logran resultados de carácter incremental o mimético, siendo relativamente pocas las que han sido autoras de alguna innovación radical. Este perfil se reitera en todas las regiones analizadas, aunque con intensidad variable debido al distinto peso que, en ellas, adopta cada tipo de innovación. Así, por lo que concierne a los productos, en Cataluña hay una mayor frecuencia de empresas que han registrado innovaciones radicales, en tanto que en el País Vasco y en el conjunto que engloba a las "otras regiones" se da la situación opuesta; en cambio, en la innovación imitativa, sobresale el binomio formado por Madrid y el País Vasco, y en la incremental el que integran esta última región y Cataluña. Y por lo que alude a las tecnologías de proceso, sea cual sea el tipo de innovación, las mayores frecuencias se constatan para Cataluña y el País Vasco. Todos estos elementos–tal como muestra el test de la c 2– señalan una diferenciación significativa entre las regiones de la que es expresión sintética el índice de orientación de la innovación, cuyos valores marcan una clara gradación entre todas ellas.

    Finalmente, se cerrará este análisis del comportamiento de las empresas innovadoras haciendo mención a las formas de apropiación de la tecnología. Para ello, se tiene en cuenta la valoración que sus directivos conceden en la encuesta a las distintas modalidades de la propiedad industrial, así como al uso de métodos para preservar el secreto dentro de ellas y a la regularidad en la introducción de innovaciones como procedimiento para establecer barreras frente a los seguidores. Los resultados

     

    CUADRO 13: TIPOLOGÍA DE LAS INNOVACIONES OBTENIDAS POR LAS EMPRESAS INNOVADORAS EN LAS REGIONES ESPAÑOLAS (Porcentajes)

    Empresas que han obtenido (% sobre el total)

    Índice de

    Regiones

    Innovaciones de producto

    Innovaciones de proceso

    orientación de

    Radical

    Imitativa

    Incremental

    Radical

    Incremental

    la innovación*

    Cataluña

    44,7

    65,5

    79,7

    22,8

    62,9

    -0,606

    Madrid

    39,2

    72,5

    69,2

    14,2

    54,2

    -0,683

    País Vasco

    31,0

    79,3

    72,4

    24,1

    60,3

    -0,328

    Otras regiones

    33,5

    65,3

    55,9

    17,1

    48,2

    -0,499

    ESPAÑA

    38,5

    68,4

    69,2

    19,3

    56,1

    -0,515

    Chi-cuadrado

    21,6945

    21,0332

    39,9651

    20,4114

    23,9921

    (Significación)

    (0,001)

    (0,001)

    (0,001)

    (0,001)

    (0,001)

    Fuente: Encuesta IAIF-CDTI y elaboración propia.

    * Llamando, respectivamente, Pr, Pm y Pi a las frecuencias con que las empresas obtienen innovaciones radicales, imitativas e incrementales de producto, y Qr y Qi a las que corresponden al logro de innovaciones radicales e incrementales de proceso, el índice O de orientación de la innovación en cada región se obtiene a partir de la siguiente expresión:

    Este índice obtiene valores que oscilan entre +3 y –3. Los valores negativos señalan una orientación preferente de las empresas hacia la innovación de producto, y los positivos hacia la de proceso. La innovación será tanto más radical, en ambos casos, cuanto más próximo se sitúe el indicador a los valores extremos. Vid. para una explicación más detallada, Kabla (1994).

    correspondientes se han reflejado en el gráfico 18, en el que se puede comprobar que, por lo general, las empresas conceden poca importancia a cualquiera de las formas referidas, situándose todos los índices de valoración por debajo del nivel mediano. Es probable que ello encuentre su explicación en el carácter predominantemente incremental o mimético de la innovación en ellas, pues la imperfección de todas aquellas fórmulas para elevar los costes de la imitación y su dificultad para preservar el monopolio temporal de las innovaciones es particularmente notoria en estos casosxxviii. De todos modos, con algunas diferencias menores entre las regiones y siguiendo una pauta de alcance internacionalxxix, la regularidad innovadora es el método de apropiación más valorado, seguido de las patentes y marcas, apareciendo en un tercer nivel los secretos y, en último lugar, con muy poca importancia, los modelos de utilidad y los dibujos industriales.

    En síntesis, el examen del comportamiento de las empresas innovadoras localizadas en las distintas regiones españolas ha puesto de relieve la existencia tanto de aspectos comunes como de pautas diferenciadas entre ellas. Estas últimas afectan singularmente a la asignación de recursos a las actividades de creación de conocimiento tecnológico y a sus resultados, lo que se refleja en unos desniveles muy importantes en los indicadores de eficiencia. Aunque no se ha entrado aquí en el análisis de los factores determinantes de esa diferenciación, se apuntan como más probables ciertos elementos estructurales, tales como el tamaño, rama de actividad y capital de control de dichas empresas.

     

  3. CONCLUSIONES.

 

En las páginas precedentes se ha destacado la mediocridad que preside la asignación de recursos a las actividades de creación de conocimiento en la economía española, pues el esfuerzo que el país realiza en ellas se encuentra notoriamente alejado del promedio de la Unión Europea. Ello determina la existencia de una brecha tecnológica entre España y los principales países de la Unión; brecha que, como fruto de la desigualdad regional en la disponibilidad de aquellos recursos, se manifiesta de una forma singular en las distintas Comunidades Autónomas. Así, con la excepción de Madrid –cuyo esfuerzo en I+D es equiparable a la media europea–, todas ellas ven cómo la parte de su PIB que se destina a financiar aquellas actividades es pequeña, en especial en las regiones de menor nivel de desarrollo.

 

Esta situación plantea un importante problema para la cohesión territorial de España, pues, debido a que el crecimiento económico gravita en una buena medida sobre el cambio tecnológico y éste, a su vez, tiene uno de sus fundamentos en el esfuerzo de creación de nuevos conocimientos, la concentración espacial de los gastos en I+D y en innovación, y de los resultados de la investigación científica y técnica, puede implicar un freno a la convergencia entre las regiones. Como se ha destacado recientementexxx, la estructura del sistema español de innovación tiene un carácter dual que genera una dinámica a dos velocidades, fruto de la cual las pocas regiones que acaparan el grueso de aquellos recursos reducen su brecha con respecto a Europa, mientras que las demás la ven permanecer estancada, cuando no la ahondan.

 

Por otra parte, el análisis que aquí se ha efectuado ha puesto de relieve que las regiones mejor situadas en el marco nacional –como Madrid, el País Vasco, Cataluña o Navarra– son las que cuentan con un cierto tejido de empresas comprometidas con el desarrollo de actividades de creación de tecnología. Tales empresas constituyen, en efecto, el eje vertebrador más relevante del sistema de innovación, pues no en vano son los agentes que, por medio del ejercicio de su función productiva, trasladan los impulsos del cambio tecnológico al desarrollo económico. Por ello, puede ponerse en cuestión la orientación dominante en las políticas regionales de ciencia y tecnología, pues éstas –seguramente influidas por una concepción lineal del proceso innovador basada en la secuencia que traslada los impulsos que se generan en la creación del conocimiento desde el ámbito científico hacia el tecnológico– en general han puesto un énfasis excesivo en la promoción de la investigación que se realiza en las Universidades y en las instituciones públicas de I+D, dejando en un segundo plano las actuaciones sobre las empresasxxxi.

 

Finalmente, el análisis del comportamiento tecnológico de las empresas innovadoras ha permitido destacar algunos elementos de diferenciación entre las regiones en las que aquellas se localizan, así como señalar la heterogeneidad que caracteriza a los resultados por ellas obtenidos, lo que da lugar a importantes desniveles de eficiencia. Ello debe ser tenido en cuenta por la política tecnológica, pues, debido a la existencia de diversos patrones empresariales de innovación, los criterios de actuación que orientan esa política, en especial los que dan prioridad a la selección de los proyectos de determinados sectores o tecnologías, pueden resultar contraproducentes y conducir a asignaciones poco eficientes de los recursosxxxii.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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APÉNDICE ESTADÍSTICO

 

 

 

 

 

 

 

TABLA 1: RENTA PER CAPITA Y PRODUCTIVIDAD TOTAL

DE LOS FACTORES EN LAS REGIONES ESPAÑOLAS.

 

 

Regiones

Renta

Productividad

per capita*

total de los factores**

Andalucía

71,67

88,52

Aragón

103,85

94,47

Asturias

94,13

85,55

Baleares

143,58

123,48

Canarias

93,55

106,21

Cantabria

100,29

87,32

Castilla-La Mancha

73,29

76,32

Castilla y León

85,22

82,12

Cataluña

128,44

119,11

Extremadura

60,46

67,49

Galicia

75,64

63,80

La Rioja

105,90

95,81

Madrid

138,44

141,23

Murcia

81,98

89,46

Navarra

110,78

100,94

País Vasco

119,40

106,85

Comunidad Valenciana

102,66

103,43

 

 

Fuente: Pérez, Goerlich y Mas (1996).

* Promedio del período 1964-1991 con relación a la renta per capita

española.

** Promedio del período 1964-1991 con relación a la media española.

 

 

 

 

TABLA 2: GASTOS Y PERSONAL EN I+D DE LAS REGIONES ESPAÑOLAS.

 

Gastos en I+D 1

Personal en I+D 1

Gasto empresarial

Regiones

Total 2

%

Sector

%

Enseñanza

%

Empresas

%

Total 2

%

Sector

%

Enseñanza

%

Empresas

%

en innovación 3

público

superior

público

superior

Total

%

Andalucía

43,72

8,50

9,45

9,05

22,34

16,08

11,89

4,44

7,11

10,01

1,81

10,54

3,85

15,40

1,45

5,13

32,21

5,19

Aragón

12,42

2,41

3,08

2,95

4,17

3,00

5,17

1,93

1,89

2,66

0,54

3,17

0,75

3,01

0,59

2,10

59,94

9,66

Asturias

8,32

1,62

1,52

1,46

3,96

2,85

2,83

1,06

1,27

1,78

0,31

1,80

0,64

2,56

0,31

1,11

5,35

0,86

Baleares

1,66

0,32

0,48

0,46

1,01

0,73

0,14

0,05

0,27

0,39

0,08

0,44

0,17

0,69

0,02

0,08

0,59

0,10

Canarias

9,07

1,76

2,70

2,59

5,79

4,17

0,51

0,19

1,54

2,16

0,42

2,45

1,05

4,19

0,05

0,18

8,87

1,43

Cantabria

3,72

0,72

0,73

0,70

1,89

1,36

1,03

0,38

0,55

0,78

0,09

0,54

0,34

1,36

0,11

0,40

8,57

1,38

Castilla-La Mancha

5,16

1,00

0,80

0,76

1,13

0,81

3,23

1,21

0,65

0,92

0,17

1,01

0,22

0,86

0,25

0,90

32,59

5,25

Castilla y León

20,76

4,04

1,62

1,56

9,84

7,08

9,25

3,45

3,31

4,66

0,38

2,20

1,84

7,35

1,06

3,74

14,29

2,30

Cataluña

102,99

20,02

10,65

10,20

23,52

16,92

67,78

25,32

13,69

19,27

1,59

9,29

4,11

16,46

7,78

27,47

162,21

26,15

Extremadura

3,30

0,64

1,20

1,15

1,74

1,25

0,36

0,14

0,62

0,88

0,25

1,43

0,31

1,24

0,07

0,23

14,42

2,32

Galicia

14,31

2,78

3,29

3,15

7,18

5,16

3,84

1,43

2,39

3,36

0,66

3,85

1,19

4,76

0,53

1,89

35,23

5,68

La Rioja

1,20

0,23

0,28

0,27

0,24

0,17

0,68

0,25

0,17

0,23

0,06

0,37

0,05

0,22

0,07

0,23

4,18

0,67

Madrid

200,82

39,03

61,63

59,04

26,64

19,17

111,66

41,71

25,64

36,10

9,55

55,69

5,61

22,45

10,30

36,38

134,06

21,61

Murcia

7,14

1,39

1,91

1,83

3,46

2,49

1,76

0,66

1,18

1,67

0,35

2,06

0,60

2,39

0,23

0,81

5,39

0,87

Navarra

8,72

1,70

0,29

0,28

4,09

2,94

4,33

1,62

1,42

2,00

0,08

0,44

0,77

3,10

0,57

2,00

12,10

1,95

País Vasco

43,79

8,51

1,02

0,98

7,15

5,14

34,76

12,99

5,33

7,51

0,17

0,98

1,27

5,08

3,83

13,51

50,24

8,10

Com. Valenciana

27,41

5,33

3,74

3,58

14,85

10,69

8,46

3,16

4,00

5,63

0,64

3,73

2,22

8,88

1,08

3,81

39,99

6,45

ESPAÑA

514,53

100,0

104,40

100,0

138,98

100,0

267,68

100,0

71,04

100,0

17,15

100,0

24,99

100,0

28,31

100,0

620,23

100,0

 

 

Fuente: INE y elaboración propia.

 

1 Promedio anual del período 1990-1995 en miles de millones de pesetas o en miles de personas en equivalencia a dedicación plena.

 

2 Existen pequeñas diferencias entre este total y la suma de los sectores debido a que dentro de él se incluyen las instituciones sin fines de lucro.

 

3 Año 1994 en miles de millones de pesetas y referido únicamente a las industrias manufactureras.

 

 

 

TABLA 3: RESULTADOS DE LAS ACTIVIDADES CIENTÍFICAS EN LAS REGIONES ESPAÑOLAS.

 

 

Documentos científicos 1

Proyectos financiados por el Plan Nacional de I+D3

Regiones

Número

% 2

Por millón de

Número

%

Presupuesto

%

habitantes

(Millones Pts.)

Andalucía

1.869,67

13,48

263,3

179,86

12,89

1.294,21

11,66

Aragón

537,33

3,87

455,3

51,43

3,69

397,61

3,58

Asturias

398,67

2,87

369,2

37,57

2,69

308,64

2,78

Baleares

164,67

1,19

222,6

16,14

1,16

93,50

0,84

Canarias

438,00

3,16

286,3

23,00

1,65

285,11

2,57

Cantabria

222,00

1,60

418,9

20,86

1,50

151,50

1,36

Castilla-La Mancha

147,33

1,06

88,9

6,29

0,45

44,01

0,40

Castilla y León

682,33

4,92

272,9

71,57

5,13

440,07

3,96

Cataluña

3.202,67

23,10

525,9

288,29

20,67

2.244,04

20,22

Extremadura

198,00

1,43

188,6

12,43

0,89

75,54

0,68

Galicia

687,00

4,95

252,6

50,86

3,65

348,46

3,14

La Rioja

36,00

0,26

138,5

1,43

0,10

6,49

0,06

Madrid

4.283,67

30,89

851,6

430,71

30,88

3.881,29

34,97

Murcia

357,67

2,58

334,3

29,43

2,11

181,63

1,64

Navarra

186,33

1,34

358,3

16,29

1,17

101,03

0,91

País Vasco

561,33

4,05

270,5

48,00

3,44

399,36

3,60

Comunidad Valenciana

1.266,67

9,13

324,0

110,71

7,94

847,80

7,64

ESPAÑA

13.866,67

100,00

354,6

1394,86

100,00

11.100,30

100,00

 

 

Fuente: EUSTAT, CICYT y elaboración propia.

1 Promedio anual del período 1992-1996.

2 Dado que algunos documentos tienen autores que trabajan en distintas regiones, la suma de estos porcentajes es mayor que

100.

3 Promedio anual del período 1988-1994 (Proyectos de investigación financiados con cargo al Fondo Nacional para el Desa-

rrollo de la Investigación Científica y Técnica y al Programa de Promoción General del Conocimiento del MEC).

 

 

 

TABLA 4: RESULTADOS DE LAS ACTIVIDADES TECNOLÓGICAS EN LAS REGIONES ESPAÑOLAS.

 

Patentes europeas 1

Nº de proyectos empresariales de I+D financiados por

Presupuesto de los proyectos (Millones Pts)

Regiones

Solicitudes

%

Por millón de

(A)

(B)

Unión

%

(A)

(B)

habitantes

MINER 2

%

CDTI 3

%

Europea 4

MINER 2

%

CDTI 3

%

Andalucía

13,76

3,86

1,9

19,67

4,02

8,09

3,92

1,44

2,03

1.507,25

4,45

1.141,00

3,82

Aragón

8,20

2,30

6,9

11,50

2,35

5,00

2,43

0,78

1,10

965,38

2,85

709,82

2,38

Asturias

3,78

1,06

3,5

8,50

1,74

6,18

3,00

1,33

1,88

353,95

1,04

1.068,91

3,58

Baleares

2,20

0,62

3,0

1,17

0,24

0,73

0,35

0,11

0,16

22,49

0,07

53,83

0,18

Canarias

1,90

0,53

1,2

1,67

0,34

0,36

0,17

0,00

0,00

58,93

0,17

30,64

0,10

Cantabria

2,20

0,62

4,2

3,50

0,72

1,64

0,80

0,33

0,47

88,60

0,26

205,45

0,69

Castilla-La Mancha

1,54

0,43

0,9

6,67

1,36

2,09

1,01

0,11

0,16

433,48

1,28

256,45

0,86

Castilla y León

6,66

1,87

2,7

11,33

2,32

3,27

1,59

0,33

0,47

655,32

1,93

508,18

1,70

Cataluña

123,28

34,62

20,2

108,67

22,22

68,18

33,07

11,89

16,74

10.811,30

31,90

9.324,18

31,24

Extremadura

0,60

0,17

0,6

0,67

0,14

0,64

0,31

0,22

0,31

42,02

0,12

83,27

0,28

Galicia

3,04

0,85

1,1

11,83

2,42

5,45

2,64

1,89

2,66

429,25

1,27

863,73

2,89

La Rioja

1,66

0,47

6,4

5,33

1,09

1,27

0,62

0,00

0,00

155,13

0,46

117,73

0,39

Madrid

82,44

23,15

16,4

191,33

39,13

60,82

29,50

39,56

55,71

9.743,50

28,75

9.686,55

32,46

Murcia

2,64

0,74

2,5

5,33

1,09

2,55

1,24

0,11

0,16

221,10

0,65

382,82

1,28

Navarra

8,66

2,43

16,7

13,50

2,76

6,91

3,35

1,00

1,41

1.024,93

3,02

865,36

2,90

País Vasco

19,20

5,39

9,3

61,00

12,47

19,00

9,22

8,78

12,36

5.268,62

15,54

3.017,55

10,11

Com. Valenciana

23,12

6,49

5,9

27,33

5,59

14,00

6,79

3,11

4,38

2.111,47

6,23

1.528,45

5,12

ESPAÑA

356,14

100,0

9,1

489,00

100,0

206,18

100,0

71,00

100,0

33.892,73

100,0

29.843,92

100,0

 

 

Fuente: EUROSTAT, MINER, CDTI y elaboración propia.

 

1 Promedio anual del período 1990-1994. El total español incluye 51,26 solicitudes no asignadas a ninguna región.

 

2 Promedio anual del período 1991-1996.

 

3 Promedio anual del período 1984-1994.

 

4 Promedio anual del período 1986-1994. Incluye los proyectos del programa Eureka.

 

 

TABLA 5: ESFUERZO DE ASIGNACIÓN DE RECURSOS A LA I+D Y SUS RESULTADOS EN LOS SECTORES PÚBLICO Y DE

ENSEÑANZA SUPERIOR EN LAS REGIONES ESPAÑOLAS. Índices base España = 100

 

Esfuerzo relativo de I+D

Resultados por cada mil millones de PIB

Resultados por cada millón de habitantes

Regiones

Documentos

Proyectos Plan I+D

Promedio

Documentos

Proyectos Plan I+D

Promedio

Gasto

Personal

Científicos

Número

Presupuesto

Científicos

Número

Presupuesto

Andalucía

94,47

74,64

97,51

93,25

84,32

91,70

74,99

71,71

64,84

70,51

Aragón

85,96

101,44

111,82

106,40

103,37

107,19

127,82

121,62

118,16

122,53

Asturias

83,43

80,96

106,49

99,77

102,99

103,08

103,47

96,94

100,07

100,16

Baleares

26,08

31,47

50,51

49,23

35,83

45,19

63,50

61,89

45,04

56,81

Canarias

96,01

89,23

86,86

45,34

70,63

67,61

80,91

42,24

65,80

62,98

Cantabria

83,07

76,11

123,82

115,64

105,55

115,01

118,87

111,02

101,34

110,41

Castilla-La Mancha

20,12

21,83

27,07

11,48

10,10

16,22

25,07

10,63

9,35

15,02

Castilla y León

80,40

81,69

84,00

87,60

67,68

79,76

76,51

79,78

61,65

72,65

Cataluña

72,95

87,02

120,01

107,39

105,04

110,81

148,38

132,78

129,88

137,01

Extremadura

66,14

48,97

78,18

48,78

37,26

54,74

53,00

33,07

25,26

37,11

Galicia

76,39

63,00

88,02

64,78

55,77

69,53

71,10

52,32

45,05

56,16

La Rioja

25,85

41,54

31,65

12,49

7,12

17,09

38,51

15,19

8,67

20,79

Madrid

226,46

280,34

192,89

192,81

218,33

201,34

240,73

240,63

272,48

251,28

Murcia

88,37

82,91

103,22

84,43

65,48

84,38

94,66

77,43

60,05

77,38

Navarra

106,17

150,82

79,27

68,88

53,69

67,28

100,48

87,30

68,05

85,28

País Vasco

51,31

64,06

61,90

52,62

55,02

56,51

76,00

64,61

67,54

69,38

Comunidad Valenciana

78,81

68,00

94,26

81,90

78,81

84,99

91,59

79,59

76,58

82,59

ESPAÑA

100,00

100,00

100,00

100,00

100,00

100,00

100,00

100,00

100,00

100,00

 

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos contenidos en las tablas 2 y 3.

 

 

 

TABLA 6: ESFUERZO DE ASIGNACIÓN DE RECURSOS A LA I+D Y SUS RESULTADOS EN EL SECTOR EMPRESARIAL

EN LAS REGIONES ESPAÑOLAS. Índices base España = 100

 

Esfuerzo relativo de I+D

Resultados por cada mil millones de PIB

Resultados por cada millón de habitantes

Regiones

Patentes

Proyectos MINER y CDTI

Proyectos

Promedio

Patentes

Proyectos MINER y CDTI

Proyectos

Promedio

Gasto

Personal

europeas

Número

Presupuesto

europeos

europeas

Número

Presupuesto

europeos

Andalucía

32,14

28,53

27,94

28,88

30,05

14,71

25,40

21,49

22,21

23,11

11,31

19,53

Aragón

55,69

69,22

66,44

68,49

75,84

31,61

60,60

75,95

78,29

86,70

36,14

69,27

Asturias

39,19

39,92

39,31

78,22

82,69

69,56

67,44

38,20

76,00

80,35

67,59

65,53

Baleares

2,29

4,53

26,28

11,61

5,09

6,66

12,41

33,03

14,59

6,40

8,37

15,60

Canarias

5,22

4,71

14,67

8,02

3,86

0,00

6,64

13,67

7,47

3,60

0,00

6,18

Cantabria

29,64

29,90

47,77

57,18

35,68

36,31

44,24

45,87

54,90

34,25

34,86

42,47

Castilla-La Mancha

30,71

21,17

11,02

32,09

27,58

3,99

18,67

10,20

29,72

25,54

3,69

17,29

Castilla y León

58,97

58,22

31,92

35,86

31,16

8,01

26,74

29,08

32,66

28,38

7,30

24,36

Cataluña

131,56

176,52

179,86

132,18

164,15

87,01

140,80

222,39

163,43

202,96

107,58

174,09

Extremadura

7,40

8,65

9,22

10,29

10,76

17,14

11,85

6,25

6,98

7,30

11,62

8,04

Galicia

25,47

27,07

15,17

44,17

36,04

47,27

35,66

12,25

35,68

29,11

38,18

28,81

La Rioja

31,06

34,59

56,83

115,81

52,20

0,00

56,21

69,15

140,91

63,51

0,00

68,39

Madrid

260,47

283,49

144,54

226,48

190,35

347,88

227,31

180,39

282,66

237,56

434,15

283,69

Murcia

26,31

29,82

29,67

45,38

37,92

6,26

29,81

27,21

41,62

34,78

5,74

27,34

Navarra

95,52

149,51

143,45

173,20

174,96

83,09

143,67

181,82

219,53

221,76

105,32

182,11

País Vasco

198,58

253,75

82,44

175,98

198,81

189,06

161,57

101,21

216,05

244,08

232,11

198,36

Comunidad Valenciana

32,63

38,26

66,99

61,35

58,93

45,22

58,12

65,10

59,62

57,26

43,94

56,48

ESPAÑA

100,00

100,00

100,00

100,00

100,00

100,00

100,00

100,00

100,00

100,00

100,00

100,00

 

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos contenidos en las tablas 2 y 4.

 

 

 

 

NOTAS

i. La idea de que la innovación constituye el factor impulsor más relevante del desarrollo económico se la debemos a Schumpeter (1911), donde también aparecen definidas las cinco formas básicas en las que aquella se manifiesta y que he tratado de reflejar en este párrafo: "la introducción de un nuevo bien, ... de un nuevo método de producción, ... la apertura de un nuevo mercado, ... la conquista de una nueva fuente de aprovisionamiento de materias primas, ... la creación de una nueva organización de cualquier industria" (Cfr. Ibidem pág. 77). Vid. también Schumpeter (1942), en especial la segunda parte.

 

ii. Vid. Abramovitz (1956), Solow (1957) y Denison (1962), textos todos ellos recogidos por Rosenberg (1979).

 

iii. Vid. por ejemplo, Suárez (1992), Carrasco (1993), Raymond (1995), Segarra (1996) o Myro (1997).

 

iv. Vid. para los datos la tabla 1 del apéndice.

 

v. El coeficiente de regresión es altamente significativo (t = 8,14; r = 0,000), aunque no ocurre igual con la constante que no resulta significativa. Por su parte, la F es 66,27 (r = 0,000) el test de Durwin-Watson (2,395) es aceptable.

 

vi. Los párrafos que siguen resumen la introducción teórica que, situada en una perspectiva evolucionista, precede a nuestro análisis sobre la innovación tecnológica en la economía española, publicado en Molero y Buesa (1997). Algunos textos en los que el lector puede ampliar los conceptos que aquí se señalan son los de Dosi (1988), Dosi et al (1988) y Freeman y Soete (1997). Vid. también para una visión crítica del pensamiento evolucionista con relación a la tecnología, Paulré (1997).

 

vii. Este argumento se formuló originalmente con relación a la investigación básica por Nelson (1959) y Arrow (1962), enriqueciéndose con posterioridad por otros autores –vid. por ejemplo, Pavitt (1991) y Foray (1991) –. Aún así, se admite generalmente, no sin matices, como base para la formulación de las políticas tecnológicas. Vid. a este respecto el trabajo de Cohendet et al. (1998).

 

viii. La heterogeneidad de los comportamientos empresariales ha sido destacada como uno de los aspectos básicos de la aproximación evolucionista al análisis económico de la tecnología, siendo una de las contribuciones fundamentales a su estudio el artículo de Pavitt (1984). Por nuestra parte, hemos abordado esa heterogeneidad para el caso de las empresas innovadoras de la región de Madrid en Buesa y Molero (1992) y Molero y Buesa (1996). Vid. también Fonfría (1998) para el conjunto de España.

 

ix. El concepto de régimen tecnológico hace referencia a la interacción entre las modalidades del cambio tecnológico y la dinámica de las estructuras industriales. Tomando como base las ideas expuestas por Schumpeter (1911) y (1942), su formulación inicial corresponde a Nelson y Winter (1982), siendo también relevante el trabajo de Winter (1984) y, en el terreno empírico, los de Malerba y Orsenigo (1995) y (1996). Vid. también para una síntesis, Joly y Lemarié (1997).

 

x. Vid. a este respecto los argumentos que se exponen en Griliches (1990).

 

xi. La excepción más notable la constituye el País Vasco cuyo Instituto de Estadística (EUSTAT), en su publicación sobre la I+D, incluye un amplio conjunto de indicadores tecnológicos, además de una estadística de patentes y modelos de utilidad.

 

xii. Vid. la Estadística sobre las actividades en investigación científica y desarrollo tecnológico (I+D).

xiii. Vid. EUROSTAT (1996).

 

xiv. Aclaremos que esta singularidad del País Vasco es, en parte, resultado de las convenciones contables del Manual de Frascati de la OCDE al que se ajusta la metodología de elaboración de las estadísticas sobre I+D, fruto de las cuales es la inserción de los Centros Tecnológicos tutelados por el Gobierno Vasco dentro del sector empresarial. Esos Centros –a los que puede atribuirse alrededor de la quinta parte del gasto de este sector en I+D– son entidades sin fines de lucro que se financian en cerca del 50 por 100 con fondos públicos y que actúan frente a las empresas, con las que cooperan en materia de I+D, como intermediadores de la política de la Administración Autonómica. Quiere ello decir que, al menos en parte, ejercen funciones similares a las de otras instituciones del sector público. Vid. sobre todo ello, Buesa (1996).

 

xv. Tal atribución se basa en el hecho de que los centros de investigación del sector público y las Universidades dedican más de cuatro quintos de sus recursos a la ciencia básica y a la investigación aplicada –aproximadamente a partes iguales–, en tanto que las empresas se orientan principalmente al desarrollo tecnológico –que absorbe en torno el 60 por 100 de sus recursos– y más secundariamente a la investigación aplicada –que obtiene un tercio de éstos–. Vid. para las cifras la Estadística sobre las actividades ..., op. cit., que publica el INE.

 

xvi. El Institute for Scientific Information de Filadelfia (Estados Unidos) reúne en su base de datos información de unas 80.000 publicaciones de 102 países –de las que 74 proceden de España–.

 

xvii. La utilización de estos datos como indicador de resultados se basa en la idea de que la capacidad de los agentes de cada región para obtener los recursos del Plan Nacional de I+D refleja la acumulación de cualificaciones de carácter científico, dado que los grupos de investigadores compiten por la correspondiente financiación, y que ésta se asigna a los diferentes proyectos principalmente mediante la aplicación de criterios de excelencia.

 

xviii. La razón de utilizar los datos de estos proyectos es similar a la señalada en la nota anterior. Las mencionadas ayudas se conceden a empresas que compiten por obtenerlas, tras ser evaluados sus proyectos con criterios que, en lo esencial, se refieren a su viabilidad técnica y económica. Por ello, puede pensarse que esos datos reflejan el resultado de la acumulación de capacidades y competencias tecnológicas en las empresas de cada región.

 

xix. Véanse en el apéndice las tablas 5 y 6 donde se muestran los valores de los índices así obtenidos para los indicadores de recursos y resultados referidos a las actividades de los sectores público y de enseñanza superior, por un lado, y de las empresas, por otro.

 

xx. Una visión similar se obtiene cuando, en vez de los datos referidos al PIB, se utilizan los referidos a la población.

 

xxi. Vid. para el concepto que aquí se utiliza, Buesa y Molero (1992), págs. 25 y 26, así como el anexo metodológico. Debe dejarse constancia de que este concepto es más amplio que el que delimita, de acuerdo con las convenciones estadísticas internacionales, al conjunto de las empresas que realizan actividades de I+D, pues incluye unidades que no desarrollan éstas. Y, a su vez, es más estrecho que el utilizado por las encuestas sobre la innovación –como la europea, de cuya parte española se responsabiliza el INE–, pues en este caso se contemplan empresas que son meras adoptantes de nuevas tecnologías –por lo común, incorporadas en bienes de equipo– en cuyo desarrollo no juegan ningún papel.

 

xxii. Se trata fundamentalmente de los trabajos de Buesa y Molero (1992) sobre las empresas madrileñas, Espitia et al (1992) sobre las pequeñas y medianas empresas aragonesas, Círculo de Empresarios (1995) sobre las grandes empresas, Buesa, Navarro y Zubiaurre (1997) sobre las del País Vasco y Navarra, y Molero, Buesa et al (1997) sobre las que han sido financiadas por el CDTI. A ellas se añaden las dos Encuestas sobre innovación tecnológica en las empresas, referidas a 1994 y 1996, que ha publicado el INE. Debe señalarse que, como se ha indicado en la nota precedente, esta última fuente se refiere a un concepto de empresa innovadora más extenso que el que se ha definido en el texto; y que, por otra parte, los datos del INE apenas presentan una desagregación regional y son muy insuficientes para conocer la organización y las estrategias tecnológicas de las empresas.

 

xxiii. La importancia de estas empresas está fuera de toda duda si se tiene en cuenta que su conjunto, formado por 1354 unidades, emplea a más del 60 por 100 de los investigadores y personal de apoyo a la I+D existentes, dentro del sector empresarial, en España.

 

xxiv. El lector interesado en este y otros aspectos metodológicos de la encuesta puede consultar la parte introductoria de Molero, Buesa et al (1997).

 

xxv. Para un completo análisis de la internacionalización de las empresas innovadoras, realizado a partir de la Encuesta IAIF-CDTI, vid. Fonfría (1998).

 

xxvi. Este resultado puede estar influido por la existencia en el País Vasco de una red de Centros Tecnológicos tutelados por el Gobierno regional y apoyados muy activamente por una política tecnológica que, en la mayor parte de los casos, condiciona la canalización de recursos financieros hacia las empresas a que éstas contraten con dichos Centros la ejecución total o parcial de los proyectos subvencionados. Vid. a este respecto, Buesa (1996).

 

xvii. La existencia de diferencias intersectoriales en la propensión de las empresas a utilizar el sistema de protección de la propiedad industrial –principalmente las patentes– ha sido constatada en numerosos estudios, algunos de los cuales han puesto de relieve que la utilidad de ese sistema como barrera a la imitación no es la misma en todas las industrias, pues la heterogeneidad en la naturaleza de las innovaciones no se corresponde con el tratamiento unitario que los instrumentos jurídicos conceden a los innovadores. Vid. sobre la relación entre las patentes y la innovación, los trabajos de Basberg (1987), Pavitt (1987) y Griliches (1990); y sobre su papel de barrera a la imitación Levin et al. (1987).

 

xviii. Vid. sobre este asunto, Levin et al. (1987), en especial las págs. 807 y ss.

 

xxix. Vid. de nuevo Levin et al. (1987), págs. 793 y ss.

 

xxx. Vid. Landabaso (1997).

 

xxxi. Landabaso (1997, pág 117) ha puesto de relieve este aspecto con relación al empleo de los fondos estructurales de la Unión Europea señalando que "la estrategia seguida (por las Administraciones Públicas) … no responde suficientemente bien a las necesidades y prioridades derivadas de las características del «gap» de cohesión en España". Por otra parte, el énfasis de las Comunidades Autónomas en la financiación de la investigación académica realizada por las Universidades y las instituciones públicas de I+D, puede cuantificarse a partir de la Estadística sobre las actividades en investigación científica y desarrollo tecnológico que publica el INE: en 1995, último año para el que se dispone de información, de los 48.733,8 millones de pesetas de financiación autonómica de la I+D, un 47,4 por 100 se destinó a las Universidades, otro 32,2 por 100 a los Centros Públicos de Investigación y sólo el 19,3 por 100 a las empresas, quedando un pequeño resto para las IPSFL. Debe señalarse adicionalmente, que de los Gobiernos Autónomos dependen 130 de los 203 Centros Públicos de Investigación existentes en España, y que su financiación gravita en lo esencial sobre el presupuesto de esas Administraciones. Por lo demás, la formulación de los planes sobre los que se articulan las políticas autonómicas de ciencia y tecnología es, en muchos casos, retórica y difusa, existiendo en ellos una injustificada proliferación de instrumentos de ejecución que, además, muchas veces se encuentran presupuestariamente infradotados. Vid. para estos aspectos el trabajo de síntesis que se contiene en Fonfría et al. (1998), así como los artículos que conforman el número 312 de Economía Industrial, dedicado monográficamente a este asunto.

 

xxxii. Vid. para este problema las consideraciones que se efectúan, con motivo del análisis del caso de la Comunidad de Madrid, en Buesa y Molero (1992), capítulo 5. Por otra parte, he analizado los problemas de la asignación de recursos de la política tecnológica española en Buesa (1994) y en Buesa y Molero (1996), págs. 181 a 191.

 

 

 

RESUMEN

 

En este trabajo se estudia la distribución regional de las actividades de I+D, y de sus resultados, que se realizan en España. El análisis pone de relieve la existencia de una importante concentración territorial de esas actividades. Asimismo, se destaca la estrecha asociación que existe entre los indicadores de I+D y los de resultados científicos y tecnológicos, dibujándose un mapa en el que Madrid destaca sobre las demás Comunidades Autónomas, y Cataluña, el País Vasco y Navarra se sitúan en un segundo plano, ocupando las demás regiones una posición marginal. La existencia de empresas innovadoras constituye el factor de mayor influencia en la posición relativa que ocupan las diferentes regiones. Por esta razón, en la última parte del trabajo se estudian las características y el comportamiento innovador de tales empresas a partir de los datos de la Encuesta IAIF-CDTI, y se destacan las diferencias interregionales existentes al respecto.

 

PALABRAS CLAVE: I+D. Innovación. Empresas innovadoras. Economía regional. España. Comunidades Autónomas.

 

ABSTRACT

 

This paper analizes the regional distribution of R&D activities, and her results, realized at Spain. The study points out the existence of an important geographical concentration of these activities. Likewise, it emphasizes the close associotion between indicators of R&D and the scientific and technologicals results, showing a map where Madrid outlines over the rest of regions, standing Cataluña, Pais Vasco and Navarra in a second position, and the rest are marginals. The existence of innovatories firms is the most important factor for the situation of the diferents regions. For that, at the end of the paper it's analized the innovatories features and behaviour of such firms from the data of the IAIF-CDTI survey, and it's pointed out the interregionals differences in these factors.

 

KEY WORDS: R&D. Innovation. Innovatories firms. Regional Economy. Spain. Autonomous Regions.

 

 

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Fecha de actualización: 10/12/98