Obsérvalas como códigos intelectuales que este singularísimo creador ha hecho renacer, individualmente, alternando la fisicidad primitiva de cada pieza para, así, descontextualizando su uso y privándolos de su contenido, generar objetos nuevos que le han permitido explorar toda la plasticidad subyacente en libros anónimos.
Deléitate con estas esculturas cuyos recortes premeditados dibujan formas que facilitan la percepción de ideas exógenas a la materia que las conforman. Libros que, si bien como símbolos del saber coquetean con el conocimiento, aquí son sometidos, como pretexto, a un tratamiento artístico que traspasa su finalidad intrínseca, como elemento de lectura, para, a través de su construcción, transformación y destrucción, convertirse en símbolos, imposibles de leer, que nos hacen percibir el otro espacio de la realidad no visible pero sí intuida.